Son actores principales en nuestra vida diaria, se presentan, nos saludan, nos dicen quiénes son y en algunos casos, nos seducen y nos invitan a comprar. Son nada menos que la cara y ojos de las empresas, y aún así, unos grandes desconocidos e incomprendidos, dado que la mayoría de la gente desconoce el trabajo y esfuerzo que conlleva la creación de un buen logotipo.
¿Cómo un logotipo ayuda a mi marca? Pues bien, el logotipo es quien transmite la imagen representativa de la empresa. Aunque parezca absurdo, este refleja los valores de la empresa y ayuda a crear una asociación entre logo y empresa; cumple con una función principal identidad corporativa.
Para lograr un diseño que cumpla con todos los aspectos, se debe de estar claro, de cual es el producto o servicio que se ofrece. Donde las preguntas ¿Quiénes somos? ¿Qué ofrecemos? ¿Para donde vamos? Se deben de responder junto con los valores empresariales. Veamos el logo como la tarjeta de presentación de toda empresa, se logra comunicar la identidad corporativa mediante tipografías y colores.
El logo, logra expresar la personalidad y la posición de la empresa; es importante no modificar este con el pasar de los años. El público desarrolla un sentido de familiaridad y confianza con este. En pocas palabras, el logotipo es la cara externa de la marca al público; es igual de importante como los aspectos de ventas, logística y contabilidad.
